Heber Acosta nació en Purificación (Tolima), y a los 7 años llegó a la ciudad de Ibagué. Estudió bachillerato en el Colegio Tolimense. Es Ingeniero Industrial de la Universidad de Ibagué, y especialista en Finanzas de la Universidad Nuestra señora del Rosario, en convenio con la Universidad de Ibagué.

En entrevista exclusiva para el boletín Solo para graduados, nos contó cómo ha sido su desempeño profesional una vez obtuvo su título profesional, sus proyectos profesionales y su vínculo con la Universidad de Ibagué.

¿Cómo llegó a ocupar el puesto de jefe operativo en la Terminal de transportes de Ibagué?

Una vez me gradué en 1990, comencé a trabajar en el SENA regional Tolima; allí conocí a varias personas, quienes en 1992 me propusieron trabajar como jefe operativo de la terminal de transportes, la cual era gerenciada, en aquel entonces, por Fernando Castro Pacheco.

Acepté el cargo, y en él duré 6 años exactos. En octubre, cuando salí a vacaciones, vino una nueva propuesta: trabajar como gerente encargado en la terminal de transportes de Girardot. Designación que acepté. Lo que era algo provisional terminó siendo un cargo de 14 años.

¿Cómo fue ese cambio, siendo Girardot una ciudad más pequeña que Ibagué?

El cambio fue bastante duro. La terminal atravesaba un mal momento por el puente elevado de Flandes, lo cual afectó mucho el comercio en Girardot. Yo estaba acostumbrado a que en Ibagué se movilizaba el doble de carros, empresas y pasajeros. Sin embargo, se trabajó fuerte y se creó un centro de diagnóstico automotor; ello ayudó bastante a recuperar el flujo de automóviles y de pasajeros.

Girardot es como un patio de Bogotá, donde cada vez hay más inversión de finca raíz y de comercio. La gente llega buscando piscinas, comida y rumba, por lo tanto, los fines de semana el movimiento en la terminal era, y me imagino que sigue siendo, bastante movido.

¿En qué momento decide volver a Ibagué?

Duré 14 años como gerente de la terminal de Girardot y durante ese tiempo la gestión fue importante. La junta directiva logró volverse accionista de la terminal de transportes de Ibagué y en ese punto me propusieron volver a la capital del Departamento para asumir la gerencia y acepte. En el año 2012 regresé, ya no como jefe operativo, sino como gerente, y por supuesto, que la gestión ha sido diferente.

¿De qué manera funciona la Terminal de transporte de Ibagué?¿Cuáles son sus obligaciones y cómo se relacionan con las empresas de transportes que operan?

En el sentir popular se cree que la terminal regula las empresas de transporte, y la terminal es un simple sitio de llegada y salida de vehículos y pasajeros. El que regula las empresas de transporte es el Ministerio de Transporte directamente.

La responsabilidad de una terminal es que el usuario no tenga inconvenientes al interior. Y cuando me refiero a usuarios, quiero decir los que demandan el servicio de transporte y las empresas prestadoras del servicio. Propendemos porque los usuarios accedan libremente a los servicios que allí se prestan, para que las instalaciones estén limpias, que haya seguridad, y que los usuarios encuentren un lugar adecuado en su tiempo de espera.

¿Cuáles son sus proyectos profesionales y personales en estos momentos?

Actualmente las directivas de la terminal adquirieron un lote detrás del Club Campestre, donde se comunican la doble calzada a Melgar y la vía a Rovira. El lote es de 84 mil metros cuadrados, actualmente estamos en uno de 31 mil metros cuadrados. Por supuesto, que mis proyectos personales van ligados a los profesionales. La idea es sacar adelante esta mega obra para la ciudad y como gerente de la terminal recae en mí una gran responsabilidad.

Por otro lado, me gustaría estudiar la especialización en Proyectos de la Universidad del Rosario en convenio con la Universidad de Ibagué; esto ha sido y será un reto porque mis obligaciones no me han permitido continuar con los estudios. Esta es una especialización que como Ingeniero Industrial le aportaría mucho a mi desempeño.